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Cinco puntos para una nueva arquitectura: 1 - Pasiva

 

Es bien sabido que en los climas donde se alternan el frío y el calor las construcciones que mejor funcionan térmicamente son las basadas en materiales pesados, como las casas tradicionales de piedra o ladrillo masivo. En nuestro caso debemos tener en cuenta que necesitamos de un sistema constructivo prefabricado y reversible: prefabricar y transportar una casa pesada es costoso y complicado, obteniendo resultados normalmente lejos de lo esperado.

Es por esto que utilizar la madera nos parecía la mejor solución: ya consolidado su uso en elementos prefabricados, es un material natural y renovable a través del cultivo, con un bajo contenido de energía primaria, mostrando además un excelente comportamiento sísimico.

Basta fijarse en las construcciones nórdicas tradicionales, que gracias a este material escasamente conductor del calor consiguen reducir en gran medida los puentes térmicos, a la vez que les permite tener una estructura ligera con grandes y diversas opciones de aislamiento. Se trata, sin embargo, de un modelo de construcción ligera que funciona bien sólo en climas fríos debido a su baja inercia térmica.


Optamos por la solución obvia: se construye y se transporta la estructura, después se rellena con un material pesado, ecónomico y de fácil disponibilidad sea cual sea la localización - la arena.

La arena pesa 1300-1550 kg/m3; es decir, que con 10cm de arena se obtiene una pared que pesará de media 140kg/m2. Si a esto le sumamos los 80 kg/m2 del resto de componentes murarios (estructura, aislamiento, etc.) tendremos una pared de 220kg/m2. Obtenemos así un valor similar al de las paredes masivas de construcción tradicional con su consiguiente capacidad de funcionamiento óptimo en términos de amortiguación térmica tanto en regímenes de invierno como de verano. La arena mejora también el comportamiento acústico de la vivienda, reduciendo las reverberaciones sonoras y realizando un formidable colchón acústico respecto del exterior, habitual punto débil de las construcciones ligeras.

Sobra decir que su comportamiento ignífugo es también ejemplar. Las nuevas soluciones para dotar de mayor inercia térmica a construcciones ligeras sean los PCM, materiales a cambio de fase con altísimas prestaciones, el más utilizado en la construcción es la parafina. Tanto en su comportamiento frente al fuego como en términos económicos no cabe duda que la arena es una solución mucho más acertada.


Obtenemos al final un muro grueso aunque no mayor de 50cm de espesor, una medida dentro de la tradición constructiva mediterránea; sabiendo además que generalmente la administración de los ayuntamientos impulsa un aumento del espesor murario para favorecer el aislamiento. Resumiendose así el primer punto: proyectar una casa ligera en su transporte y pesada en su comportamiento.

 

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