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A pesar de que se haya podido optimizar el comportamiento energético de la casa al máximo gracias a los mecanismos de régimen pasivo, que nos permiten mantener unos valores de temperatura y humedad constantes, también es necesario hacer funcionar todos los electrodomésticos que hay en el interior de la casa: lavadora, secadora, lavavajillas, nevera, congelador, televisión y ordenador. Todos ellos consumen una gran cantidad de energía que obtendremos de la radiación solar.

Sin embargo estabamos ya cansados de vincular la imagen de la "vivienda sostenible" al color negro de los paneles fotovoltaicos, que incluso cuando están bien integrados y apenas se ven, condicionan en gran medida el aspecto de la construcción. Queríamos un panel fotovoltaico que formara parte de la arquitectura de la vivienda, pudiendo ser de diferentes colores que no recordaran inmediatamente al silicio.
Nos hemos decantado finalmente por un panel al que se le puede aplicar el color de varias maneras, de modo que la pérdida de eficiencia sea mínima y participe así en la unidad de la vivienda.